Barcelona concede la licencia de construcción a la Sagrada Familia tras 137 años
Aunque parezca mentira, la obra arquitectónica más importante de Barcelona ni está terminada ni tenía licencia de construcción hasta ahora. La Sagrada Familia recibió, por fin, el pasado 7 de junio la licencia de obras por parte del ayuntamiento de Barcelona después de 137 años en construcción. Esto permite a la junta constructora continuar el proyecto de Antoni Gaudí.
A partir de ahora el templo deberá pagar «sin ningún tipo de privilegio», un dinero que se entregará como lo determine el Instituto Municipal de Hacienda y que irá al presupuesto general del Ayuntamiento «para poder seguir haciendo cosas», según expresó Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo en funciones en Barcelona.
La licencia es fruto de un acuerdo entre el Ayuntamiento y la junta constructora en octubre de 2018, cuando acordaron que la Sagrada Familia se comprometía a aportar 36 millones de euros en los próximos 10 años para financiar los gastos municipales que generan todas sus actividades.
Con la concesión de esta licencia se prevé que las obras del edificio principal, torres y las dos plantas subterráneas terminen en el año 2026. En paralelo al permiso, el Ayuntamiento también ha tramitado los permisos de actividad por los usos de la basílica, y mientras que la actividad principal del edificio será la de centro de culto visitable también le atribuye uso cultural por la presencia de un museo.
Esta licencia de obras establece una altura máxima de 172 metros y una superficie construida sobre rasante de 41.000 m2 y dos plantas de sótano y también prevé que se termine de construir en el año 2026.
Esta licencia no contempla la construcción de una escalinata de acceso por la fachada de la Gloria que obligaría a derribar algunos edificios y que ha sido un aspecto controvertido desde hace años.
La Sagrada Familia inició su construcción en el 1882 y se trata de uno de los monumentos más visitados de España y la iglesia más visitada de Europa, tras la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Cuando comenzó la construcción del templo en el siglo XIX se pidió la licencia correspondiente al ayuntamiento de San Martín de Provensals, que por entonces era un municipio independiente. Sin embargo, tras la anexión de este municipio a la ciudad de Barcelona no se pidió una nueva licencia.
Fuente: https://www.idealista.com